¿Que es la discriminación?
La discriminación es una forma de violencia
pasiva; convirtiéndose, a veces, este ataque en
una agresión física. Quienes discriminan
designan un trato diferencial o inferior en cuanto
a los derechos y las consideraciones sociales de
las personas, organizaciones y estados. Hacen
esta diferencia ya sea por el color de la piel,
etnia, sexo, edad, cultura, religión o ideología.
Los individuos que discriminan tienen una visión
distorsionada de la esencia del hombre y se
atribuyen a sí mismos características o virtudes
que los ubican un escalón más arriba que ciertos
grupos. Desde esa “altura” pueden juzgar al resto
de los individuos por cualidades que no hacen a
se manifiesta con miradas odiosas o con la falta
de aceptación en lugares públicos, trabajos o
escuelas, acciones que afectan a la persona
rechazada.
El prejuicio a cierto tipo de comunidades hacen
que los individuos que pertenecen a estas sean
prejuzgados antes de ser conocidos. Son
generalizados y rechazados. La intolerancia, el
rechazo y la ignorancia en la mayoría de los
casos son determinantes para el nacimiento de
conductas discriminatorias.
Los afectados en la mayoría de los casos son los
individuos pertenecientes a las denominadas
minorías. Estas minorías son pequeños grupos
dentro de una sociedad. Hay veces que estos
grupos no son pequeños pero aún así son
rechazados.
Hay muchos ámbitos donde las personas pueden
ser rechazadas. También aquellos que optan
discriminar encuentran muchas razones para
hacerlo. Para exponerlo de la manera más clara
les mostramos la siguiente división:
Discriminación sexual.
Entre hombres y mujeres ha existido una puja,
desde que el mundo es mundo. Hasta nuestra
época siguen haciéndose diferencia entre los
géneros. Esta lucha se convirtió en bandera de dos
ideologías: el machismo y el feminismo,
relativamente nuevo.
Nuestro país en esta materia lleva años de retraso y
aún hoy hay quienes creen que un sexo “debe”
dominar al más débil.
Discriminación racial.
Muchas veces quienes discriminan lo hacen por el
color de la piel. Las personas de color, los
aborígenes o nativos, los extranjeros de diferente
etnia son el blanco de los ataques. Los negros son
de una de las razas más castigadas, desde los
períodos coloniales, fueron víctimas de la
esclavitud. Los nativos americanos tras la conquista
de los viajeros del viejo continente fueron tratados
como animales y hubo civilizaciones que fueron
totalmente exterminadas por la falta de comprensión
de los “civilizados” europeos. En la actualidad, las
minorías raciales son rechazadas y experimentan,
en ocasiones, agresiones físicas.
La falta de comprensión por las costumbres de
nuestros semejantes es la razón del rechazo a
aquellos que practican otra religión o credo. Para
muchos es difícil comprender que alguien tenga una
creencia distinta. Así, los judíos, los hindúes, los
budistas o los gitanos son rechazados. La
intolerancia muestra una inmadurez de pensamiento
y entendimiento
Discriminación en la escuela
La discriminación en la escuela adopta variadas formas y maneras, algunas muy marcadas:
1.- desde el Estado cuando no se distribuye en forma equitativa el presupuesto: en muchas ocasiones se ve la disparidad de recursos, infraestructura, calidad de enseñanza, desarrollo de contenidos.
2.- desde los docentes cuando dedican más atención a algunos alumnos que a otros: es más fácil dedicar atención al que menos dificultades tiene en el aprendizaje, quedando a un costado aquellos que no comprenden, o tienen falta de atención, o están preocupados por situaciones familiares, entre otros.
3.- desde los mismos alumnos cuando separan del grupo al que tiene alguna particularidad en su físico (color, peso, altura), o no comparten sus cosas porque es varón, o es mal visto dedicarse a estudiar, o es ocasión de burlas por su origen, o simplemente al que no les gusta.
La raza humana puede ser comparada
con una paleta de colores. Todos
diferentes, cada uno con una cualidad
especial, algo que lo hace bello. Algún
que otro parecido pero, al final distintos.
Ninguno igual pero todos con la misma
categoría: colores… Los hombres y las
mujeres somos iguales a los colores,
todos distintos pero todos, al fin y al
cabo: humanos.
Existen millones de opiniones, tantas
como habitantes hay en la tierra. Una
manera de no discriminar es escuchar y
tratar de entender los pensamientos de
nuestros semejantes. Escuchar y
respetar, son las claves para no
rechazar
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